jueves, 17 de septiembre de 2015

ECOLOGÍA III. Ecología y Medioambiente

            A mi entender el problema ambiental que trae el consumo es de muy difícil solución. Lo que está claro es que un consumo humano degradante sólo se puede contrarrestarlo por medio de directrices ecológicas de tipo técnico tales como regulaciones y normativas ambientales, educación de consumidores, creación de nuevos procesos productivos y productos más respetuosos con el medio ambiente. En las sociedades industriales avanzadas el consumo pasa por un aumento de la complejidad en las relaciones que entabla la industria con el consumidor y la forma de satisfacer sus necesidades. Luego, el consumo como problema ambiental hunde sus raíces en la propia organización de la sociedad y la industria capitalista. Surge y toma relevancia social y económica a partir de los importantes cambios culturales e ideológicos localizados en torno a la Revolución Industrial. También hay que decir que un consumo desmedido amenaza tanto a países consumidores como al conjunto del ecosistema mundial. Una continua explotación extensiva e intensiva de los recursos naturales, la creciente contaminación y agresión al medio ambiente, ha supuesto, cuando menos, serias advertencias sobre la viabilidad de un desarrollo económico y social basado en un tipo de consumo insolidario e irresponsable por parte de las naciones más ricas.
 
           Abogo por el consumo ecológico y entendiendo éste como aquel que incorpora la preocupación por el efecto medioambiental del producto consumido, es decir, aquel que se deriva del acto del consumo y del proceso de elaboración del producto.

            Ventajas: da solución al problema de la relación entre consumo y medio ambiente centrándose en el proceso de producción y en el producto de consumo. Además, el hombre porque es hombre, va a consumir, es decir, que el consumo sea el que sea y el nombre que se le de, forma parte del ser humano. Pero por eso mismo, porque estamos hablando de un ser humano, dicho consumo ha de tener en cuenta a toda al medio ambiente, es decir, un consumo ecológico.

            Desventajas: los productos ecológicos son más caros y ello parece ir en contra del principio de que quien contamina paga y el consumo ecológico se constituye como un tipo de consumo y no como menos consumo. También infravalora la importancia de los hábitos del consumidor.

El modelo del consumo ecológico supone el mismo grado de consumo y no parece constituir por sí solo una solución a la problemática relación que se establece entre consumo y medio ambiente. Precisa, además, cambios en las costumbres del consumidor, es decir, un consumo ecológico inconsciente podría suponer incluso mayor consumo y, en consecuencia, mayor impacto medioambiental.

           Es verdad que las organizaciones empresariales introducen cambios en los procesos de producción, asumiendo que determinados clientes están dispuestos a pagar más por productos ecológicos. Luego el consumo de estos productos se convierte en un consumo socialmente responsable que incorpora ciertos sacrificios por parte del consumidor en la eficacia del producto, si ello contribuye a la mejora medioambiental. Por consiguiente, se está dando una transformación en las actitudes de la sociedad, los consumidores y los fabricantes.

No obstante, la mayoría de la gente no parece estar dispuesta a consumir menos si ello va en detrimento de sus aspiraciones. Esto hace que el consumo ecológico genere no pocas paradojas: por un lado los productos ecológicos son más caros y ello parece ir en contra del principio de que quien contamina paga y, por otro, el consumo ecológico se constituye como un tipo de consumo y no con actitudes respetuosas con el entorno natural. Reducir las consecuencias que se derivan del consumo puede ser costoso, pero más costoso será paliar en el futuro tales consecuencias.
 
         Creo que el problema del medio ambiente se pueden minimizar siempre y cuando:

- Se reduzcan las consecuencias del consumo.

- Las empresas tengan en cuenta sus obligaciones morales.

- Se hagan campañas para concienciar a las personas.

- Las organizaciones empresariales respeten los intereses y los ideales colectivos.

- Los dirigentes de las organizaciones empresariales sean cada día más conscientes de su función social y de las consecuencias medioambientales que se derivan de sus acciones.

 

 

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