"Donar” los
embriones humanos congelados, “sobrantes” de fecundación in vitro, para investigación es otra de las posibles soluciones. (Ya
se han tratado dos: la donación con fines reproductivos o adopción prenatal y
la congelación indefinida).
Aparentemente
parece que esta tercera solución es la más apta de las vistas hasta ahora. Es
más, “el común de los mortales” y algunos científicos optan por esta. Pero esta
solución tiene, como veremos a continuación, muchos inconvenientes.
Algunos “científicos”
mantienen que aquellos embriones, que han sido congelados y cuyo destino es
incierto, antes de que sean destruidos y con el consentimiento de sus
progenitores, pasen a disposición del centro biosanitario y se autorice su uso
con fines de investigación. Estas investigaciones de carácter médico seguirían
unos criterios de estricto control y estarían dirigidas a obtener terapias que
no puedan ser desarrolladas por otras técnicas.
Sin embargo, en
muchas ocasiones, el “estricto control” ligado a la investigación se reduce a
la toma de medidas de tipo procedimental. Desde esta perspectiva, una
investigación se consideraría ética si cumple con los requisitos marcados por
la ley sin ninguna referencia al contenido u objeto de la propia investigación.
Es decir, el cumplimiento del procedimiento avalaría éticamente la
investigación a realizar. No obstante, la ética de la investigación biomédica
no debe preguntar sólo por el procedimiento a seguir en la investigación, sino
también por el contenido de la misma. Creo que se aceptará que no es lo mismo
experimentar con embriones humanos que con animales, aunque en ambas
investigaciones se siga el mismo y estricto control procedimental.
Dejando a un lado este
punto, es cierto que muchos científicos, respaldados por las legislaciones y
antes de que estos embriones humanos congelados “sobrantes” de FIV sean destruidos o se les deje morir,
están a favor de su empleo. Sostienen que la investigación con estos embriones
humanos, dada su precaria viabilidad para la implantación, proporcionaría un
mayor conocimiento en las primeras fases de su desarrollo y de la función de
sus células madre (células madre embrionarias). En este sentido, aseguran que este
tipo de células, dado su potencial regenerativo, se podrían aprovechar para la
investigación en la terapia de enfermedades degenerativas graves.
Sin embargo, la
obtención de dichas células (que se hallan en la masa interna del embrión
humano) y su empleo en la terapia de enfermedades, no carecen de inconvenientes,
tanto médicos-científicos como éticos.
Los inconvenientes
médicos-científicos tienen que ver con que, hoy por hoy, no se ha conseguido
ninguna aplicación terapéutica con este tipo de células madre (células madre
embrionarias o de “origen embrionario”), mientras que, en estos últimos años,
la eficacia en terapia celular resulta del empleo de otro tipo de células: 1) células
madre adultas, 2) células iPS (células
madre de pluripotencia inducida) y 3) células madre de “tipo embrionario” que
se consiguen a partir células madre adultas (Distinguir esta clase de células madre
con las de “origen embrionario”).
Por tanto, desde
el punto de vista médico-científico, no tiene actualmente justificación una
investigación que use y mate embriones humanos, tanto si son viables como si
están enfermos, ya sean congelados o producidos ex profeso por FIV, como fuente de obtención de células
madre de “origen embrionario”.
El segundo y
principal inconveniente en torno a las células madre embrionarias o células
madre de “origen embrionario” es, como se ha dicho, de carácter ético, pues su
uso lleva consigo la producción y posterior muerte del embrión humano, aparte
de la nada desdeñable necesidad de utilizar óvulos humanos (lo que supone una
manipulación del cuerpo de la mujer).
Los defensores de
la investigación y experimentación con embriones humanos suelen disminuir este
inconveniente ético (la muerte del embrión humano) afirmando que no nos encontramos
ante un individuo humano en los primeros momentos de su existencia. A esa
realidad humana presuntamente no individual la denominan “preembrión” o
“embrión preimplantatorio”, expresiones con las que se oculta su realidad
individual.
Por consiguiente,
desde el punto de vista ético, estarían permitidas sólo aquellas investigaciones
que no usasen embriones ni óvulos humanos (para no convertir a la mujer en una
pieza más del proceso productivo).
Como conclusión, desde el punto de vista médico-científico
no se justifica la utilización de embriones humanos para extraer sus células de
su masa interna y utilizarlas como terapia para enfermedades degenerativas. La
justificación de esta afirmación se apoya en investigaciones realizadas y
protocolos abiertos en los que no se ha conseguido un uso terapéutico efectivo en
humanos con este tipo de células y sí con las células adultas.
Tampoco se justifica el uso y muerte de embriones
humanos desde la perspectiva ética de la investigación biomédica, porque el uso
de sus células respalda la idea de convertir la vida humana en un simple medio
para otro fin. Deja de ser investigación si esta se desarrolla a costa de la
destrucción sistemática de vidas humanas.
En el caso de que las células embrionarias fuesen
imprescindibles en alguna terapia se deberían lograr estos tipos celulares sin
acudir a los embriones humanos como fuente, puesto que la biotecnología está
actualmente en condiciones de poder producirlas sin que sea necesario aislarlas
de embriones humanos vivos.
Por tanto, una investigación verdaderamente ética y médica-científica,
si quiere contribuir al bien de la humanidad, no puede tener su origen y
desarrollo en la destrucción de la vida de miles y miles de seres humanos
débiles e indefensos. Por el contrario, una investigación basada en el uso y
muerte de embriones humanos supone la cosificación de estos. En efecto, si
estamos a favor de este tipo de investigación con embriones humanos congelados,
“sobrantes” de fecundación in vitro, se
les convierte a estos en un producto o cosa a utilizar.
Por eso creo que “donar” los embriones humanos congelados
para investigación tampoco es una solución.
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