Los Cuidados
Paliativos nacieron en los hospices
británicos en los años 60 de la mano de la enfermera Cecily Mary Saunders:
organizaciones de carácter no lucrativo a la búsqueda de soluciones específicas
para cubrir las necesidades básicas de los pacientes en fase terminal y sus
familiares.
Estos hospices consiguieron desarrollar un
modelo de atención integral y de organización interna, con un trabajo
interdisciplinar, innovador y con resultados excepcionales de efectividad y
satisfacción, centrados en las últimas semanas de vida de los enfermos, con
cobertura pública relativamente escasa.
CM. Saunders, una de las
pioneras mundiales de la medicina paliativa, revolucionó los conceptos de
tratamiento y cuidados al paciente terminal, los cuales iban encaminados a satisfacer
sus necesidades básicas, integralmente, esto es, atendiendo no sólo las
necesidades físicas, sino también las psíquicas, sociales, emocionales,
religiosas y espirituales, con el fin de que pudiesen llevar una vida plena,
ayudar a obtener el mayor grado de confort y bienestar posible dentro del
contexto de la enfermedad terminal.
Desde los
años 90, los servicios, equipos y programas de Cuidados Paliativos se han
extendido rápidamente en los países desarrollados con referentes de todo tipo y
en todos los ámbitos de los Sistemas de Salud. Este proceso de expansión
constituye el hecho cualitativamente más relevante en la evolución del Sistema
Sanitario Español convirtiéndose en una consolidada área médica. El desarrollo
en la red del Sistema Salud de Unidades de Cuidados Paliativos suficientes está
provocando un descenso de las peticiones de eutanasia o de suicidio asistido.
En este sentido, la definición
de la O.M.S. subraya que los Cuidados
Paliativos no deben limitarse a los últimos días de vida, sino aplicarse
progresivamente a medida que avanza la enfermedad grave y en función de las
necesidades de pacientes y familias. Por esta razón, la medicina paliativa se
va extendiendo paulatinamente no solamente a los enfermos terminales
oncológicos, sino también, a los enfermos afectados por otras enfermedades no
curables.
Dicho de forma sumaria, el servicio médico de Cuidados Paliativos atiende al ser humano de
manera integral con el objetivo de proporcionar bienestar físico, psicológico,
social y espiritual al enfermo terminal y no sólo la ausencia de enfermedad
física.
Por
tanto, es fundamental tener en cuenta que cada una de estas dimensiones,
interrelacionadas entre sí, influyen decisivamente en el estado de salud
general del paciente, de tal modo que una alteración en el estado de cualquiera
de ellas repercutirá, indudablemente, en las restantes.Hay que afirmar que la solicitud de
atención profesional cálida y respetuosa con los derechos del enfermo en
situación de enfermedad terminal encuentra una respuesta comprometida en los
Cuidados Paliativos.
Por eso y
conforme a estas apreciaciones sobre los Cuidados Paliativos, una comprensión
antropológica correcta sería aquella que considera que el ser humano, cuando
enferma, enferma no únicamente en su dimensión biológica, sino el ser humano
integral.
Ciertamente,
la enfermedad y el dolor, como expresión de la fragilidad y limitación de los
seres humanos, no son asuntos puramente físicos. Por consiguiente, no es suficiente
una medicina que luche exclusivamente contra la enfermedad física, sino que se precisa
de una medicina que trate la enfermedad desde la realidad humana en toda su
integridad: y a esto es a lo que se dedica el área médica de los Cuidados
Paliativos.
Luego, los cuidados paliativos son la forma más humana de morir, porque establecen principios y
valores en el sistema sanitario centrados en las necesidades y demandas de los
enfermos y sus familias.
Además, esta
“nueva” área médica se fundamenta en la toma de decisiones basada en la ética
clínica, en el respeto por los valores y la dignidad en la atención.
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