La Sociedad Española de
Cuidados Paliativos define la sedación paliativa como la disminución del nivel de conciencia del paciente de manera
deliberada, una vez obtenido el oportuno consentimiento, mediante la
administración de los fármacos indicados y a las dosis proporcionadas, con el
objetivo de evitar un sufrimiento insostenible causado por un síntoma o
síntomas refractarios.
Con respecto a los tipos
de sedación hay que subrayar que la sedación paliativa es distinta de la
temporal o transitoria, indicada para un diagnóstico de sufrimiento ocasional
que va a revertir.
En cambio, la sedación
paliativa es continua, y puede ser superficial o profunda. Esta última no
significa que no haya vuelta atrás. No obstante, la que se administra en la
agonía será previsiblemente irreversible, porque se le aplica a un paciente
cuya muerte se prevé muy próxima. Ahora bien, estos tipos de sedación paliativa
no son ni pueden convertirse en la “solución” al “estrés” de la familia o del
equipo sanitario.
El proceso de la sedación
paliativa debe ser siempre progresivo y tiene que cumplir con dos condiciones
principales:
-
El incremento de la dosis de los medicamentos debe realizarse poco a poco hasta
conseguir disminuir la percepción del síntoma refractario e intolerable para el
enfermo.
-
Una vez aliviado el sufrimiento, el nivel de sedación ha de ser el menor
posible
para
mantener el máximo alivio del sufrimiento; es decir, el nivel de sedación
(superficial o profunda) tiene que adaptarse de manera proporcionada a la
intensidad del sufrimiento del enfermo.
Luego, los médicos deben
utilizar la dosis mínima de agentes sedantes necesaria para alcanzar un alivio
aceptable del sufrimiento. Ello minimiza el riesgo de eventos adversos y
maximiza la posibilidad de mantener una capacidad de interacción con la familia
y con los profesionales de los cuidados médicos durante la sedación paliativa.
Debe existir un equilibrio entre el nivel de sedación, la eficacia en cuanto al
alivio del síntoma pertinente y los efectos adversos derivados del tratamiento,
incluyendo la capacidad de interacción disminuida o ausente.
Con todo, aún con los
niveles más profundos de sedación, no se puede afirmar que no persista algún
tipo de conciencia en el enfermo que le permita sentir la presencia y el contacto
de personas conocidas, o percibir sonidos u olores que le resulten familiares.
Enhorabuena por este escrito. Define muy bien lo que es la sedación y las condiciones que tiene que reunir para que no se convierta en una eutanasia encubierta.
ResponderEliminarDr. Ángel Jiménez Lacave