Realizadas
estas aclaraciones terminológicas hay que advertir que también a nivel médico
la diferencia entre sedación paliativa y eutanasia es muy grande.
En
sentido médico, se aplica una eutanasia cuando algo se hace o se deja de hacer
con la intención directa de producir o acelerar la muerte del enfermo, sea éste
terminal o no. En la eutanasia la muerte del paciente ha de ser el objetivo
buscado. Esta puede producirse por acción (administración de sustancias, etc.)
o por omisión (no asistir médicamente). En cambio, la sedación paliativa no
tiene como intención la muerte del paciente, sino el alivio de un síntoma
intolerable. Es una maniobra terapéutica.
Por
consiguiente, ante una situación clínica objetivamente conflictiva, no es lo
mismo acelerar y provocar directamente la muerte del enfermo con la finalidad
de terminar con sus sufrimientos y posibles dolores físicos, que llevar a cabo
un tratamiento cuyo objetivo es el alivio de esos sufrimientos y posibles
dolores físicos sin intención de provocar la muerte (sedación paliativa),
aunque es posible que se acelere la muerte natural, debido a los fármacos
suministrados. Esta última acción no es una eutanasia directa, pero tampoco
indirecta, pues no hay intención de provocar la muerte, sino que la muerte no
buscada del paciente acontece en el curso de un correcto tratamiento.
Por
lo tanto, la sedación paliativa tiene una finalidad terapéutica, científica y
legítima. Es un procedimiento dinámico que debe adaptarse a las necesidades
individuales para mitigar el sufrimiento del enfermo. El objetivo principal es
aliviar el sufrimiento al máximo con el menor nivel de sedación posible.
Hago
hincapié en este tema, porque suele suponer un malentendido: equiparar la
sedación paliativa con la eutanasia. Creo que esta confusión también obedece a
la relación errónea que se establece de causa-efecto. Parece como si la
sedación paliativa, que se le aplica al enfermo terminal, fuera una manera de
adelantarle la muerte sin sufrimiento y sin dolor, es decir, como si se le
hubiera aplicado una eutanasia.
La
sedación paliativa es una práctica médica que, realizada correctamente, no sólo
es lícita, sino acorde con la dignidad humana. Si no se explica bien, es normal
que algún familiar piense que, al aplicar al enfermo una sedación paliativa, se
le ha practicado una eutanasia.
El
equipo sanitario y especialmente el médico tienen la obligación de hacer el
esfuerzo educacional de aclarar conceptos tanto al paciente (si está
consciente) como a la familia, lo cual previene posibles remordimientos
posteriores de los familiares, si han sido éstos los que han tenido que dar su
consentimiento y podría ayudar a prevenir además la idea de que hay una
eutanasia “light”, encubierta o “razonable” o que se está cometiendo un acto
ilegal por parte del médico.
La
documentación del procedimiento de la sedación paliativa se debe incluir de
manera clara y explícita en la historia clínica del paciente.
Muy claro, gracias Roberto. Es triste que se confunda la acción de la sedación paliativa. Es triste que no tengamos mejores paliativos, es triste que la eutanasia se vea como única solución por un sector de la sociedad, a menudo por aquellos que están lejos de ese momento. Saludos.
ResponderEliminarEfectivamente correctamente explicado y muchas veces como dices,supone ciertas dudas de intencionalidad en los familiares del paciente. La sedación a dosis bajas es segura y es muy reconfortante para médicos y familiares saber que esa persona no va a sufrir. Hay disponible un testamento vital para dejar por escrito nuestros deseos en estas situaciones y al que los sanitarios tenemos acceso,con lo que se evitan dudas de quién debe tomar esta decisión.
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