*No
hay contradicción entre afectividad y autoridad.
*Además
de sugerir y de aconsejar, motivar y corregir.
*
Ejercer correctamente la autoridad, y para ello pensar, informarse,
decidir, comunicar claramente y hacer cumplir.
*
No dejar a que sea el menor quien decida lo que se debe hacer, sino que los
adultos sean quienes tienen la madurez y conocimientos necesarios para saber
dar respuesta a las necesidades de los más pequeños.
*
No sobreproteger a los hijos. La sobreprotección no estimula las propias
posibilidades, no favorece la comprensión de la realidad ni la posibilidad de
asumir el reto que implica la adaptación al medio en el que se vive, siendo
fundamentales para el desarrollo de la autoestima ya que se constituirán en
factores positivos de comprensión de la realidad, de aceptación de las
situaciones, más allá de los caprichos y reforzarán el análisis objetivo frente
a la propia subjetividad.
*
Establecer Normas e Indicar los Límites.
*Darse
cuenta que son más eficaces las sanciones positivas (el reconocimiento de lo
bien hecho y del esfuerzo en lograrlo, los elogios, los premios) que las
sanciones negativas (las correcciones, las reprimendas, los castigos).
*
Corregir siempre con cariño, con paciencia y con sobriedad.
*Las
relaciones afectivas (la confianza-la previsión y el cariño-la fortaleza) entre
los adultos y los menores tiene que ser la base de toda la convivencia.
*
Poseer equilibrio y estabilidad emocional.
*
No responder con agresividad e impaciencia, sino con tranquilidad y serenidad.
*Tener
constancia y sistematización en las exigencias y en las propuestas.
*
Establecer normas explicitas.
*
Comunicación fluida entre los adultos y menores: consensuar el significado de
las palabras, escuchar, dejar expresar, matizar.
*Alimentar
la seguridad básica, la confianza y la autoestima de los hijos. Dar también
responsabilidades.
*
Comprender los puntos de vista del hijo sin juicios.
*
Escuchar a los hijos, empatizar, “perder” el tiempo con ellos.
*
Vivir en valores y transmitir con el ejemplo.
*Dar
salida y cauce a la expresión de la creatividad e imaginación.
*
Educar en ideales.
*
Fomentar la autonomía y desarrollar la vida emocional aprendiendo-enseñando a
amar y relacionarnos, a descubrir la ternura, a desarrollar los propios
valores, a vivir experiencias positivas de amistad, a compartir, disfrutar y
confiar.
*
La confianza tiene que estar en la base de la corrección: lo grave no es errar,
sino permanecer en el error.
Totalmente de acuerdo. Muy buen articulo. Gracias Roberto
ResponderEliminarMuchas gracias por estos consejos. Me vienen muy bien. Especialmente me ha gustado el último que dice "lo grave no es errar sino permanecer en el error". Genial gracias.
ResponderEliminarGracias Roberto! Me encanta la frase de "lo grave no es errar, sino permanecer en el error".
ResponderEliminarMuy acertado, como siempre D.Roberto.
ResponderEliminarRoberto, das en el clavo...pero son muchas cosas...quizás se centra todo en educar el corazón, entendiendo como tal lo trabajado por el filósofo Leonardo Polo, y explicado accesible en su libro Quien es el hombre.
ResponderEliminarYa comentarás. Enhorabuena y muchas gracias