viernes, 2 de octubre de 2015

ECOLOGÍA V. Tecnología, Sociedad y Medioambiente


La libertad humana de actuar en la naturaleza debería tener un límite. El desarrollo de la tecnología moderna se rige por una lógica propia y autónoma cuyos resultados ahondan el control de la técnica sobre el hombre en lugar de propiciar el control del hombre sobre la técnica. Por este motivo es necesario formular una grave crítica a las técnicas que escapan del control del hombre sobre el que muchas veces se imponen.  Por lo tanto, no sería aceptable que la libertad de unos pudiera imponerse a la naturaleza humana de otros.

La dinámica del progreso científico-técnico debe seguir los objetivos que marque la sociedad y controle sus resultados. El progreso tecnológico para no convertirse en una amenaza no puede constituirse en esferas autónomas exentas de toda sujeción a instancias normativas socialmente establecidas. Por ello resulta completamente necesario que la dinámica del progreso científico esté dirigida y sometida por la sociedad con el fin de garantizar que sus realizaciones contribuyan inequívocamente al avance de la humanidad.

La ciencia, en sí misma, no puede considerarse un valor absoluto por encima del valor de la persona humana y el respeto a su dignidad que implica la compasión. Por otra parte, hay otra pregunta que debe ser abordada con urgencia: ¿Es lícito hacer todo lo que la ciencia hace posible? Para que la ciencia, al igual que otras esferas de la actividad humana como la economía, la política o la religión, sea verdaderamente humana debe estar dirigida por principios éticos universales basados en el respecto a los derechos humanos y al valor fundamental de la dignidad de la persona.

No es aceptable que un ser humano pueda determinar a su voluntad las propiedades o la forma de ser aunque sea su hijo, y no sólo por razones consecuencialistas, es decir, que tal práctica pueda influir en las generaciones futuras o por responsabilidad y solidaridad intergeneracional, sino por la dignidad y respeto que merece todo ser humano desde la concepción hasta su muerte, solo por el hecho de ser un ser humano desde la concepción hasta su muerte.

No creo que la relación del medio ambiente y el ser humano radique en el equilibrio entre el progreso científico-tecnológico y la protección de la naturaleza como un bien posible. La idea de que la naturaleza es un recurso que está a disposición del hombre para ser utilizado con estrictos criterios de eficiencia y rentabilidad, ha tenido como consecuencias una progresiva mercantilización del medio natural (es decir, la naturaleza se ha convertido en mercancía para servir a fines de lucro), y una degradación cada vez más severa del mismo. Por eso creo que la protección de la naturaleza considerada como un bien debe condicionar la actuación política respecto al progreso científico-tecnológico.

A mi modo de ver, el desarrollo económico no puede olvidarse de la protección medioambiental. De nada sirve las prácticas del industrialismo irresponsable y la búsqueda de la maximización de los resultados económicos si prescinden de cualquier clase de planteamientos medioambientales, porque contribuyen a la degradación de la calidad de vida. Por eso creo que esta supuesta contradicción se puede superar.

Creo que la ciudadanía debería ser educada en la protección del medioambiente. Poniendo un ejemplo práctico: en la escuela debería haber una asignatura, por lo tanto, una asignatura obligatoria, que todos los estudiantes tuviesen que cursar para obtener una mayor sensibilidad por el medioambiente. Por eso creo que la ciudadanía debería ser educada para la protección del medioambiente y no pensar que con el dinero se puede conseguir todo o pagar todo.

En mi opinión, todos los fenómenos afectan e influyen de alguna manera en todos los seres humanos. Por eso, todo ser humano de una manera u otra tiene que participar en decidir en aquello que le afecta. De la misma manera en todos los conflictos, problemas, fenómenos, no podemos solucionarlos, pero sí todos nos afectan.

Pero que todos decidan es imposible. Lo que no quita para que haya una mayor conciencia de la necesidad de la participación ciudadana. Una mayor participación ciudadana aportará un punto de vista que puede mejorar los proyectos y planes y demostrará un compromiso con una gestión eficaz y transparente.


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